domingo, 23 de julio de 2017

LA GRAVE LESIÓN DE MI EPIC…



DATOS TÉCNICOS SALIDA  

Salida de 71,62Km
Tiempo Real de Pedaleo 4h 18min 03seg
Tiempo Total de la Salida  4h 42min 46seg
Velocidad Media 16,50Km/h
Velocidad Máxima 49,30Km/h
FC Media (Mosquito) 135ppm
FC Máxima (Mosquito) 165ppm
FC Zona 1 (89-105ppm) 6%
FC Zona 2 (106-123 ppm) 20%
FC Zona 3 (124-141 ppm) 29%
FC Zona 4 (142-158 ppm) 33%
FC Zona 5 (159-177 ppm) 8%
Calorías (Mosquito)  2.367Kcal
Desnivel Positivo Acumulado 1.283m
Temperatura media 25,1ºC
IBP 105 BYC
Ruta Olesa-rio-Torrent Gran Abrera-Beguda Alta-Serra Ocata-Hostalets Pierola-Serra Ginebre-Pla Alzinar-Collbato-Esparraguera-Can Vinyals-Puda-rio a Monistrol-Hitachi al revés V2-Olesa...
Paradas paradas para comer algún gel, para ver problema en GPS y por avería en eje pedalier...
Valientes guerreros Mosquito...


Hoy salía con ganas de hacer la ruta de la seda que el día de ayer realizó el bueno de Vicente en solitario.

Para no llegar muy tarde a casa me levanté muy temprano, amarré bien las alforjas a mi corcel y salimos al trote cochinero.

Al poco de zarpar ya tuve mis primeros problemas logísticos, mis mapas cartográficos (GPS) parecían no estar muy cuerdos este día.


A pesar de tratar de reconfigurar las propiedades del equipo, éste parecía no estar muy por la labor de colaborar.

Fue cuando ya llevaba unos 10km cuando di con la tecla y mis mapas cartográficos comenzaron a ayudarme en mi odisea, casi justo cuando ya estaba pensando en tirar la toalla y realizar una ruta alternativa.

Todo fluía correctamente hasta llegar al inicio de los senderos del Hitachi, con unos 50km a mis espaldas.

Fue en la Estación del monstruo de metal (FFCC) donde un extraño sonido proveniente de las entrañas de mi corcel (pedalier) me estalló en el oído como un sonido metálico estruendoso.

Me di cuenta que había sido víctima de una trampa en la que habíamos caído y había dejado malherido de muerte al bueno de EPIC.

Traté de hacerle las primeras curas en el mismo lugar de los hechos, pero era insuficiente, la sangre le brotaba a borbotones impidiendo cerrar la herida con mis técnicas médicas.
 

Así que intentamos llegar a casa de la forma que fuera posible.

Llegué incluso a pensar en hacer señales de humo a algún soldado de guardia en Esparta para que viniese a recogernos en un carruaje, pero desistí de mi idea. Yo era el Rey de Esparta, no podía caer tan bajo.

Así que conseguimos llegar a Esparta por nuestros propios medios, con un crujir constante del interior de EPIC que me hacía saltar las lágrimas a borbotones.

No podía ni poner el plato grande en la zona de asfalto debido a que éste saltaba por la grave lesión de mi inseparable jamelgo.

Sin duda ha sido una odisea en toda regla tras 71km de pura diversión.



 

La ruta y el perfil...

1 comentario:

Mosquito Navarro dijo...

Lástima de la avería.